Piernas Inquietas
Descripción
Las partes de nuestro cuerpo a veces parecen tener vida propia, como la vez que caminó sesenta millas en la nieve hasta una chocolatería sin siquiera pensarlo, o la vez que su codo saltó solo y golpeó a su colega en las costillas durante una discusión frente al dispensador de agua en la oficina. Para algunas personas, estos movimientos corporales independientes o impulsos no son un gran problema. Lamentablemente, para quienes sufren del síndrome de las piernas inquietas, esta autonomía ya comienza a ser un problema insoportable.
El síndrome de las piernas inquietas (o RLS por su sigla en inglés) realmente no significa que sus piernas se levantarán y lo llevarán por todos lados sin seguir las indicaciones de su cerebro. Significa que experimentará sensaciones de incomodidad o simplemente una necesidad incontrolable de mover sus piernas. Esto generalmente sucede cuando uno se recuesta a descansar y, naturalmente esto interrumpe su sueño, le provoca dificultades para viajar o sentarse a hacer otras actividades (como mirar una película o una obra de teatro).
El RLS tiende a ser un trastorno progresivo y generalmente afecta a más a las personas mayores que a los jóvenes (aunque este trastorno puede presentarse a cualquier edad). Las mujeres tienen un poco más de tendencia que los hombres a sufrir el síndrome de las piernas inquietas y hay un vínculo genético muy fuerte para el síndrome: el RLS tiende a ser hereditario. No existe una cura conocida para este problema pero hay tratamientos disponibles para aliviar los síntomas.
Si bien no se sabe con certeza qué es lo que causa el RLS, se sospecha que el trastorno se relaciona con los niveles demasiado bajos de dopamina en el cerebro. (La dopamina ayuda a suavizar el movimiento muscular). El RLS también puede relacionarse con otros problemas, como deficiencia de hierro, problemas neurológicos como la diabetes (particularmente las personas que sufren de neuropatía periférica) o mal de Parkinson, insuficiencia renal y embarazo (particularmente durante el último trimestre). Algunos medicamentos también pueden tener una influencia en el desarrollo del RLS, como los anticomiciales, los antipsicóticos y los medicamentos para las náuseas, al igual que algunos medicamentos para el resfrío y las alergias. El uso o consumo de tabaco, cafeína o alcohol también puede empeorar los síntomas.
Síntomas
El síndrome de las piernas inquietas a menudo pasa desapercibido durante el día, o cuando está activo y haciendo cosas. No obstante, cuando se siente o se recueste durante períodos prolongados de tiempo (especialmente por la tarde o por la noche), tal vez comience a notar una sensación de hormigueo, picazón, ardor, dolor, calambres, electricidad u otras sensaciones de tensión e incomodidad. O tal vez simplemente sienta una necesidad imperiosa de mover o tocar sus extremidades. (También puede sentir unas ganas increíbles de hacer un baile irlandés, pero esto es mucho menos común). Estas sensaciones a menudo ocurren en la parte inferior de las piernas (generalmente en algún lugar de las pantorrillas), pero también pueden sentirse en los pies, los muslos e incluso en los brazos o las manos. Como los síntomas a menudo se alivian con el movimiento, tal vez pueda solucionar temporalmente el problema con sólo mover su pierna, caminar, estirarse o ejercitarse.
Muchas personas que sufren de RLS también sufren de un problema que se conoce como movimientos periódicos de las extremidades durante el sueño (PLMS por su sigla en inglés) o trastorno de movimientos periódicos de las extremidades (PLMD por su sigla en inglés). (Como puede ver, las personas encargadas de nombrar a los trastornos aman las siglas). En este otro trastorno sus extremidades se flexionan y se doblan mientras usted duerme y sin que usted lo controle conscientemente. Tener PLMS a menudo no afecta a los patrones de sueño, si el movimiento de la extremidad no es excesivo. Sin embargo, el síndrome de las piernas inquietas en sí puede interrumpir su sueño y no permitirle realizar sus actividades o tareas laborales normalmente al otro día.
Los síntomas pueden desaparecer durante algunos periodos de tiempo (semanas, meses e incluso años), pero tienden a reaparecer más adelante.
Diagnóstico
El síndrome de las piernas inquietas a menudo se diagnostica erróneamente como estrés, calambres musculares, o nervios y, en el caso de los niños, trastorno de déficit de atención o dolores del crecimiento. Generalmente, las personas se niegan a ver a un médico porque sienten que no pueden describir sus síntomas adecuadamente, y tienen miedo de que el médico no los tome en serio. Si sospecha que tiene RLS, asegúrese de hablar con un médico de confianza.
Lamentablemente, no hay una prueba definitiva para el RLS, por lo cual su podiatra tal vez elabore el diagnóstico en base a un historial de sus síntomas. Tal vez le pregunte por sus patrones de sueño, si se siente mareado durante el día, y también las sensaciones que experimenta en sus piernas u otras extremidades, y con qué frecuencia y qué intensidad ocurren. Su médico probablemente le pregunte si hay alguna otra persona de su familia que sufre del síndrome de las piernas inquietas o síntomas asociados.
Para descartar otras causas potenciales de sus síntomas, se pueden realizar algunas pruebas. Estas pueden incluir pruebas para ver si sufre deficiencia de hierro, prueba de la función nerviosa y prueba de la actividad muscular. Su medico también puede recomendarle que se realice un estudio del sueño para ver si tiene PLMS.
Tratamiento
Cuando sienta que sus piernas simplemente desean salir caminando por su cuenta, puede hacer algunas cosas para controlarlas. Una opción son los medicamentos, pero también hay otros remedios que han demostrado su efectividad. Hable con su médico para saber cuáles son las mejores opciones en su caso.
Algunas cosas que puede hacer por su cuenta son:
- Dese un baño caliente (¡como si esto fuera una tarea complicada!). Las velas aromatizadas y las novelas subidas de tono son opcionales, por supuesto.
- Hágase masajes (de nuevo, esto no es exactamente una tortura, ¿no?). Puede masajearse las piernas solo (posiblemente mientras está en la bañera) o pagar (o sobornar) a alguien para que le de un masaje en las piernas.
- Alterne entre frío y calor en sus piernas, o simplemente pruebe una u otra opción para ver cuál le funciona mejor.
- Relájese con yoga o meditación. Si bien el estrés no necesariamente causa el RLS, puede empeorar los síntomas. Relajarse puede ayudarle.
- Pruebe ejercitarse y estirarse, aunque si lo hace con demasiada intensidad o demasiado cerca del horario de acostarse esto puede empeorar sus síntomas.
- Reduzca su uso o consumo de alcohol, cafeína y tabaco. Dejar el hábito puede ser difícil, pero también es difícil tener que soportar un vuelo de cinco horas sin poder dejar de mover las piernas.
- Trate de dormir o descansar cuando sus piernas no le molesten tanto. Esto puede significar alterar su rutina de sueño, si puede hacerlo, para por ejemplo, acostarse y levantarse más tarde.
- Descanse frecuentemente durante viajes largos en automóvil, mientras ve una película, etc.
- Pruebe tomar analgésicos de venta libre, como ibuprofeno, para aliviar los síntomas.
- Únase a un grupo de apoyo. Las personas que sufren RLS pueden encontrar ayuda, orientación y comprensión en otras personas que sufren lo mismo que ellas.
Su médico también puede sugerirle otros medicamentos para ayudarle a controlar sus síntomas. Estos pueden incluir ciertos medicamentos utilizados para tratar el mal de Parkinson (afecta a los niveles de dopamina en el cerebro) o epilepsia. Los opiáceos pueden ser muy adictivos, pero si los toma en cantidades pequeñas, son muy eficaces para aliviar los síntomas.
Su médico también puede sugerirle que tome ciertos medicamentos para relajar sus músculos o ayudarle a dormir. Debe saber que muchos tratamientos medicinales para el RLS tienden a volverse menos eficaces con el tiempo, por lo cual tal vez necesite ajustar sus dosis en algún momento, o probar con combinaciones de medicamentos para encontrar una solución que le resulte útil.
Tal vez sus piernas siempre quieran ser un poco independientes. Pero, con el cuidado adecuado, podrá encontrar un equilibrio con el cual usted y sus extremidades paseanderas se sientan cómodos.