Neuropatía Diabética Periférica

Descripción
La próxima vez que tenga una ampolla, se golpee un dedo del pie con una punta del tocador, o pise uno de esos pequeños ladrillos de plástico, probablemente deseará que su pie no tenga sensibilidad. Pero la verdad es que tener poca o ningún tipo de sensibilidad en el pie puede provocarle muchos problemas.

Las personas con diabetes son particularmente propensas a sufrir daños en el sistema nervioso (neuropatía), aunque este daño también puede ser causado por el consumo excesivo de alcohol, el SIDA y otros trastornos. Como los extremos de los nervios largos suelen ser los primeros afectados, las extremidades del cuerpo, como las manos o los pies, suelen ser las primeras en presentar síntomas. Si bien no se sabe con certeza qué es lo que causa este daño en los nervios, es probable que esté relacionado con los niveles elevados de azúcar en la sangre. Como los diabéticos son incapaces de producir insulina (la hormona que ayuda al cuerpo a procesar el azúcar), o sus tejidos no responden a la insulina que se produce, los niveles de azúcar en la sangre (a menos que estén muy controlados) pueden volverse anormalmente altos, y así, dañar los vasos sanguíneos y los nervios.

Existen tres tipos de nervios, y cada uno de ellos es afectado por una neuropatía diabética periférica.

  • El primer grupo, y posiblemente el primero en el cual pensó, está compuesto por los nervios sensitivos. Estos nervios pueden sentir el tacto, la temperatura, el dolor y muchas cosas más. A medida que estos nervios se dañan, los pacientes pueden perder su capacidad de percibir las cosas calientes y frías, los objetos filosos y sin filo, e incluso pueden perder completamente todo el sentido del tacto en el pie. Con la pérdida de esa sensación, los pacientes pueden ser incapaces de darse cuenta cuando sus pies se irritan o si han sufrido alguna lesión. Por lo tanto, usted pueden seguir caminando con el pie lesionado y sin buscar tratamiento para las lesiones sobre las que no está al tanto. Esto puede provocar úlceras, pie de Charcot u otras complicaciones. A medida que los nervios se dañan, algunas personas también pueden experimentar un aumento del dolor (generalmente sensaciones de quemazón u hormigueo), que pueden volverse bastante graves.
  • El sistema nervioso autónomo ayuda a controlar las funciones del cuerpo sobre las que no pensamos, como por ejemplo la transpiración, la frecuencia cardíaca, la digestión, etc. Cuando estos nervios se dañan, los pies pueden perder su capacidad de producir aceites y transpiración y pueden resecarse. La piel seca puede resquebrajarse, provocando infecciones que pueden volverse bastante graves pues los diabéticos suelen tener problemas con la cicatrización.
  • Los nervios motores controlan el movimiento y la tonificación de los músculos. Cuando estos nervios se lastiman, el pie puede deformarse porque los músculos que mantienen todo en su lugar, se debilitan. Se pueden desarrollar juanetes y dedos martillo, y pueden aparecer callos y durezas en los lugares donde se ha modificado la presión del pie, o en las zonas donde los zapatos comienzan a frotar la piel. Esto se puede convertir en úlceras e infectarse.

Las úlceras en los pies pueden no parecer un problema, pero las personas con diabetes tienen problemas con la cicatrización (debido a la mala circulación provocada por el daño en los vasos sanguíneos). Sin el cuidado adecuado (y desafortunadamente, algunas veces incluso con el cuidado correcto), las úlceras o las infecciones pueden agrandarse, propagarse y provocar gangrena (tejido muerto), la posible amputación del pie o la pierna, e incluso a veces la muerte.

Por esta razón, la detección temprana de los problemas es tan importante en los pacientes con neuropatía. Si los tejidos se tratan desde una etapa temprana, existe una mayor probabilidad de que respondan correctamente al tratamiento y así evitar la amputación.

Por cierto, el primer paso en todo esto es tratar de evitar el daño en los nervios. Con este propósito, las personas con diabetes deberían monitorear su nivel de glucemia cuidadosamente y mantenerlo en el valor adecuado, ya que no se sabe cómo curar los nervios una vez que se dañan. La neuropatía, generalmente, surge en pacientes que no controlan su nivel de glucemia, pero todas las personas con diabetes sufren este riesgo. Si usted tiene diabetes, coméntele sus síntomas al médico y él podrá ayudarlo a crear un plan de tratamiento.

Síntomas
La neuropatía aparece de manera gradual y los pacientes pueden sufrirla incluso antes de descubrir que padecen diabetes. Esta condición puede manifestarse en formas diferentes, según el tipo (o tipos) de nervios que se ven afectados.

  • El daño de los nervios sensoriales, generalmente comienzan con la sensación de adormecimiento o cosquilleo en los pies. Estas sensaciones generalmente comienzan en los dedos y el daño en el nervio evoluciona gradualmente, luego avanzan por todo el pie hasta los tobillos. Algunas personas también pueden experimentar una sensación de ardor o un dolor agudo en los pies y las piernas. Una vez que sienta los pies adormecidos, puede sentir que está usando medias, aunque no sea así o puede sentir que está caminando sobre algodón o sobre un almohadón relleno de agua. A menos que esté paseando sobre su cama de agua en ese momento, debería comentarle estas sensaciones a su médico. También le puede costar caminar, ya que quizás no sienta sus pies. Puede cambiar su forma de caminar (ampliando su postura o arrastrando sus pies) sin darse cuenta de esto, y así compensar por el cambio en lo que siente.
  • La neuropatía autonómica puede manifestarse como piel seca en los pies. La piel sobre el talón o las durezas pueden comenzar a agrietarse.
  • El daño en los nervios motores pueden provocar la debilidad o la falta de tonificación en la parte inferior de las piernas o los pies. Le puede costar mantener el equilibrio y una vez más, puede compensarlo de manera inconsciente mientras está caminando. A medida que los músculos de sus pies se debilitan, la forma de sus pies también puede cambiar por lo que pueden aparecer juanetes, dedos martillo u otras deformidades.

Diagnóstico
Si usted sospecha que puede estar sufriendo neuropatía, incluso si usted no cree que tiene diabetes (pero especialmente si usted tiene diabetes), consulte con su podiatra lo antes posible. Él o ella podrán hacer un diagnóstico analizando su historial médico, comentando sus síntomas con usted y realizando un examen físico. También, le realizará ciertos análisis para controlar su funcionamiento nervioso. Estos análisis pueden incluir la prueba del filamento en la que un monofilamento (una fibra de nylon suave) se coloca o se roza contra el pie. Si usted no lo siente, puede tener un daño en los nervios. Algunos médicos también realizan estudios de conducción nerviosa que miden con qué rapidez sus nervios transmiten señales eléctricas. La electromiografía evalúa las descargas eléctricas que se producen en sus músculos y la prueba sensorial cuantitativa mide su capacidad de sentir vibraciones y sensaciones de frío y calor. Su médico también puede elegir realizar pruebas autonómicas que evalúan su presión arterial o su capacidad de transpirar.

Tratamiento
Desafortunadamente, no se conoce una cura para la neuropatía periférica; por lo tanto, una vez que sus nervios se dañan, es imposible revertir la situación. La mayor parte del tratamiento se concentra en la prevención de un daño a los nervios y de los problemas relacionados con la neuropatía, aunque hay medicamentos disponibles para aliviar los síntomas si tiene dolor. Generalmente se utilizan los analgésicos por vía oral o, algunas veces, se recetan medicamentos antidepresivos o anticonvulsivos para tratar el dolor de los nervios dañados.

Cómo evitar más daños en los nervios

  • Para prevenir más daño en los nervios, tanto como sea posible, es necesario controlar el nivel de glucemia. Su médico puede ayudarlo a buscar su rango objetivo pero, generalmente, el nivel normal de glucemia varía entre 70 y 130 mg/dL (o 3.9 a 7.2 mmol/L) antes de las comidas, o menos que 180 mg/dL (o 10 mmol/L) dos horas después de comer.
  • También puede realizar una prueba A1C, al menos dos veces al año (sobre todo si tiene problemas para controlar su glucemia o si ha cambiado sus medicamentos). Esta prueba mide cuánta azúcar se ha adherido a la hemoglobina (la sustancia que transporta el oxígeno) en su sangre. Si su nivel de glucemia promedio ha sido bajo, el valor de A1C será más bajo. Sin embargo, si su nivel de glucemia promedio ha sido alto, su número de A1C aumentará. Fundamentalmente, debe evaluar su nivel de glucemia promedio durante los últimos dos o tres meses aproximadamente. Al evaluarlo, el valor debería ser menor al 7%. (Las personas sin diabetes suelen tener un valor promedio de 4 al 6%).
  • Otra medida de prevención implica controlar la presión arterial (los pacientes diabéticos con frecuencia también sufren presión arterial alta), mantener un peso saludable (incluye seguir una dieta y mucha actividad física) y evitar el cigarrillo y el consumo de alcohol.

Cómo prevenir problemas en los pies

  • Primero, asegúrese de conocer a su podiatra. Pida una cita al menos dos veces al año y avísele si usted tiene diabetes o no. El control frecuente de los tejidos del pie puede descubrir problemas menores antes de que se conviertan en algo grave. También, debe consultar a su médico inmediatamente si siente alguna señal de advertencia como enrojecimiento, inflamación, hematomas alrededor o debajo de las durezas, ampollas, grietas, cortes, si la forma de sus pies se ha modificado o si los siente más tibios de manera inusual, o calientes al tocarlos. (También es una buena idea ir al médico si, por ejemplo, descubre que tiene una tachuela en la planta del pie).
  • Revise sus pies todos los días. Controle las señales de advertencia mencionadas previamente, especialmente en la planta del pie. Si no alcanza su pie o no ve bien, use un espejo o pídale a un amigo o a un familiar que lo ayude. (Ellos harán su buena obra del día y usted logrará revisar su pie, así que es una buena opción).
  • Lave sus pies diariamente con agua tibia, no caliente (pruébela con una parte sensible de su piel como el codo o moje un paño y colóquelo en su rostro) y no moje sus pies a menos que su médico se lo indique. Seque sus pies suavemente con una toalla suave, prestando atención principalmente al espacio entre los dedos. (Trate de evitar las infecciones micóticas ya que no son agradables y pueden ser peores si tiene diabetes). Si la piel de su pie está seca, aplíquese una crema hidratante (se recomienda la crema Cetaphil), evite aplicarla entre los dedos.
  • Use un calzado que le quede bien. Nunca debe sentir que los zapatos le aprietan los pies, así que no compre nada que sea incómodo cuando lo use por primera vez. Elija un calzado amplio en la parte de los dedos (aproximadamente 3/4” de espacio entre el dedo gordo y la punta del zapato), flexible, que la parte superior sea respirable (el cuero es mejor) y que cubra sus pies totalmente. No use zapatos de taco alto, sandalias, ojotas u otro tipo de calzado que tenga la parte de los pies o los talones al descubierto (especialmente el tipo de sandalia que tiene una correa en medio de los dedos). Los zapatos para correr o caminar son los mejores (se recomienda la marca New Balance). Siempre debe controlar la parte interna de los zapatos para controlar que no tengan un forro duro, costuras o algún objeto extraño (como un soldadito de juguete que se le cayó a su hijo). Evite usar calcetines o medias con costuras ya que pueden irritar su pie.

Es verdad que cuando se sufre neuropatía, hay que tener en cuenta muchas cosas y es probable que se deban hacer muchos cambios. De hecho, esto puede ser bastante intimidante e incluso desalentador. Pero la verdad es que muchas personas han experimentado y están experimentado lo mismo; por esto, pueden estar dispuestos a hablar con usted y aconsejarlo o simplemente escucharlo.

La buena noticia es que seguir las indicaciones de su médico puede ayudarlo muchísimo. Aunque los problemas se sigan desarrollando, incluso cuando esté haciendo lo correcto, es menos probable que se sigan produciendo. Entonces, haciendo algunos ajustes (y un poco de suerte), usted debería poder llevar una vida normal, saludable y larga.