Descripción
Quienes practican la lucha con dedos del pie de manera profesional tienen problemas para ser tomados en serio. Incluso, es posible que esas personas ni siquiera existan. Pero si es verdad que existen, y la lucha con dedos del pie se vuelve agresiva como imaginamos que puede ser, entonces es casi seguro que la mayoría de los luchadores, al menos una vez en sus carreras, tendrán problemas con los huesos sesamoideos cerca del dedo gordo. (A decir verdad, las personas que practican deportes más tradicionales como el básquetbol también pueden desarrollar problemas en estos pequeños huesos).

A diferencia de los huesos de su cuerpo que se conectan directamente con otros huesos en las articulaciones, los huesos sesamoideos realmente están incrustados en sus tendones. Se encuentran en diferentes partes del cuerpo, generalmente en las articulaciones o alrededor de ellas. En el caso del dedo gordo, los huesos sesamoideos se encuentran debajo de la articulación del dedo gordo, en la bola del pie. Estos dos pequeños huesos cumplen diferentes objetivos, incluyendo proteger del gran tendón que se encuentra entre ellos, proporcionar un efecto de palanca para empujar el dedo gordo contra el suelo cuando da un paso, y soportar el peso del hueso que se encuentra sobre ellos (el primer metatarsiano) mientras la persona corre, salta y camina.

Al igual que cualquier hueso, los huesos sesamoideos cerca del dedo gordo y los tendones en los cuales se encuentran, pueden lesionarse cuando se ejerce demasiada presión sobre ellos. Cuando se presiona demasiado la bola del pie, como por ejemplo al tener el pie con un arco muy alto, o en los deportes (como el básquetbol, béisbol o tenis), ballet, al caminar con zapatos de taco alto o durante sesiones intensas de lucha con los dedos del pie, los huesos sesamoideos ubicados en el dedo gordo se pueden fracturar, o bien los tendones que se encuentran en la zona pueden inflamarse.

Una lesión común que involucra los huesos sesamoideos es el dedo de gramilla. El dedo de gramilla ocurre cuando el dedo gordo se extiende demasiado y los tejidos blandos alrededor de la articulación del dedo gordo se estiran demasiado o se rompen. Incluso, esto puede conducir a la fractura de los huesos sesamoideos. Estos huesos también pueden quebrarse por otras causas (por ejemplo, si una lucha de dedos se vuelve agresiva). La quebradura puede ser aguda (ocurre de repente debido a un trauma) o crónica (la fisura se desarrolla en el hueso con el correr del tiempo, generalmente por usar demasiado los huesos o forzarlos constantemente, como cuando ignora el consejo del podiatra y usa zapatos de taco alto para salir a correr).

Síntomas
Los síntomas de las lesiones sesamoideas pueden variar un poco, dependiendo del tipo de lesión que tenga. Por ejemplo, el dedo de gramilla suele manifestarse sólo como un dolor agudo y repentino en el dedo gordo, que puede ocurrir mientras levanta el pie del suelo al correr. Puede experimentar una sensación de estallido cuando se lastima el dedo. El dedo de gramilla también está acompañado por una inflamación, dolor en todo el dedo gordo, movimiento restringido del dedo gordo y algunas veces (con las lesiones más graves) hematomas.

Si sus huesos sesamoideos se quiebran por la tensión, puede sentir un dolor agudo y repentino (si la fractura es aguda) o más gradual, un dolor duradero debajo de la articulación del dedo gordo (si la fractura es crónica). Las fracturas agudas también pueden estar acompañadas de inflamación, aunque esta inflamación y el dolor de la fractura se ubiquen en los huesos mismos, y probablemente no se propagarán en toda la articulación del dedo. El dolor de las fracturas crónicas puede aliviarse si se hace reposo o empeorar si coloca peso sobre sus pies.

La sesamoiditis o la inflamación de los tendones que se encuentran alrededor de los huesos sesamoideos se relacionan con determinados tipos de actividades o con el uso de cierto tipo de zapatos (como por ejemplo, ¡sorpresa, sorpresa!: los tacos altos). El dolor probablemente sea leve y duradero en la bola del pie debajo de la articulación del dedo gordo. Los bailarines de ballet, los receptores de béisbol y los atletas, así como también aquellas personas que tiene el pie con el arco muy alto, pueden ser susceptibles a este tipo de lesión.

Diagnóstico
Aproximadamente 6 de cada 10 podiatras están convencidos de que los luchadores de dedos profesionales no existen, pero saben que los huesos sesamoideos son reales y que pueden lastimarse. Cuando realice una consulta con su podiatra, es probable que le pida un historial de sus síntomas y que revise su pie. Quizás presione la zona alrededor de la articulación del dedo gordo (más específicamente los huesos sesamoideos mismos), mueva el dedo gordo y verifique señales visuales como el enrojecimiento, la inflamación y hematomas. Su podiatra también puede pedirle que camine un poco y quizás controle sus zapatos. También puede pedir radiografías u otros estudios de diagnóstico por imágenes para ver mejor sus huesos.

Tratamiento
Para permitir que su lesión sesamoidea se cure, primero tendrá que descansar de cualquier actividad que le provoque dolor. (En pocas palabras, darle un descanso a sus dedos luchadores). Dependiendo del tipo y la gravedad de la lesión, su podiatra lo tratará utilizando medios conservadores antes de recomendar una cirugía. Estos tratamientos incluyen tomar aspirinas o ibuprofeno para aliviar el dolor, colocar hielo (en una toalla) sobre la zona o utilizar una inyección de esteroides para reducir la inflamación, tocar la zona alrededor de los huesos sesamoideos para reducir la tensión sobre ellos (esto puede incluir el uso de aparatos ortopédicos), dar un golpecito a la articulación del dedo gordo o utilizar un yeso para mantenerla inmóvil, y fisioterapia.

Si estos tratamientos fallan y no mejoran sus síntomas, su podiatra puede sugerir una cirugía para quitar los huesos sesamoideos completamente o para reparar los tejidos blandos de la articulación del dedo gordo.