Lesiones Del Tendón Peróneo (Tobillo)
Descripción
Probablemente sea mejor que se imagine a los tendones peróneos (o al menos uno de ellos) como un tipo de bota ortopédica que sostiene el pie. Verá, los dos tendones recorren la parte externa de los músculos de las pantorrillas, luego pasan detrás de la parte externa del tobillo. A partir de allí, un tendón se mantiene en la parte externa del pie y se sujeta a la base del quinto metatarsiano (el hueso largo y delgado que conecta la base del dedo más pequeño con la mitad del pie). En realidad, el otro tendón pasa por debajo de su pie y se engancha cerca del arco del pie. Estos tendones, juntos, son los que ayudan a estabilizar y equilibrar tanto el pie como el tobillo.
Desafortunadamente, los tendones peróneos, como cualquier otro tendón (y los estribos también, si vamos al caso), se pueden dañar o lastimar con el correr del tiempo; por ejemplo, durante una esguince de tobillo. Se pueden inflamar (desarrollar tendinitis) o se pueden cortar (ya sea abruptamente o desarrollar pequeños cortes con el tiempo). En algunos casos, los tendones incluso pueden experimentar subluxación, donde se mueven de su lugar y aparecen sobre el hueso del tobillo, generalmente, porque el tejido circundante que mantiene los tejidos en su lugar, se debilita o se corta.
Cualquier persona puede tener problemas en los tendones peróneos (a menos que estemos hablando de extraterrestres que caminan sobre tentáculos en vez de pies y que probablemente tengan sus propias reglas médicas sobre lo que deben hacer), aunque ciertos grupos son más propensos que otros para desarrollar problemas. Por ejemplo, las personas con arcos altos, suelen experimentar esguinces inusuales en el tendón peróneo, que finalmente pueden causar una inflamación o una lesión. Los deportes que requieren mucho movimiento repetitivo de los tobillos también pueden exponerlo a lesiones; como por ejemplo, el esquí, el fútbol americano, el fútbol y el básquetbol. (Jugar al pato ñato durante varias horas seguidas también puede provocar daños y no sólo a su dignidad). Además, si sus pantorrillas están anormalmente tensionadas, le colocan más presión a sus tendones peróneos, lo que también puede provocar lesiones.
Algunas personas pueden tener una estructura ósea ligeramente anormal y por esta razón, pueden ser más propensas a sufrir subluxación de los tendones peróneos. La mayoría de las personas tiene un surco en la parte trasera del peroné donde los tendones peróneos se mueven (sin duda, a veces pueden quejarse por el espacio inadecuado). Sin embargo, aproximadamente un cuarto de la población en general no tiene este surco, y por lo tanto, pueden ser más propensos a sufrir una subluxación de los tendones peróneos.
Síntomas
Los síntomas que presentan los diferentes tipos de lesiones del tendón peróneo varían un poco, aunque tienen algunos puntos en común.
Primero hablemos sobre la tendinitis. Al igual que otros tipos de inflamación, la tendinitis en los tendones peróneos se caracteriza por el dolor, el calor y la inflamación. La mayoría de estos síntomas ocurren debido a un aumento de sangre en la zona lesionada (el cuerpo intenta curar la zona de esta manera).
El corte de los tendones se presenta en dos formas diferentes: agudo (repentino) y crónico (o cortes que se desarrollan y acumulan con el tiempo). Cualquier tipo de corte provoca que usted sea más propenso a experimentar inestabilidad en su tobillo y en el pie (ya que aquellos que estabilizan los tendones peróneos no están en su mejor forma). También puede notar que su pie, o más específicamente su arco comienza a cambiar de forma y puede parecer que se vuelve más alto. El dolor puede ser un poco más constante en el caso de los cortes debido a una lesión repentina, pero el dolor por sobrecargar los tendones a lo largo del tiempo puede ser más esporádico y es posible que se sienta en la parte externa del tobillo. Con un corte repentino puede haber inflamación, con el crónico no es tan común.
Cuando los tendones se dislocan sobre el peroné, es posible que experimente una sensación de ruptura o estallido que puede estar acompañada de dolor o no. (Sin embargo, aunque no experimente dolor, es importante que un podiatra revise su pie). Si siente dolor, es probable que lo sienta alrededor del área donde se encuentran los tendones peróneos: rodeando la parte trasera del peroné. También verá que su tobillo se vuelve inestable.
Diagnóstico
Aunque su podiatra quiera elaborar un diagnóstico de su tobillo con sólo mirarlo, probablemente necesite algunas pistas para averiguar qué es lo que le está provocando el dolor. En el caso de las lesiones del tendón peróneo, su podiatra probablemente realice un examen físico para ver si presenta los síntomas mencionados más arriba, como la inflamación detrás de la parte externa del hueso del tobillo, sensibilidad e inestabilidad en su pie o tobillo.
Quizás deba realizarse una radiografía si su podiatra así lo indica, para descartar cualquier otra causa de dolor o para averiguar si hay algún otro problema en sus huesos. O bien, se puede realizar una resonancia magnética para ver los tejidos dentro de su pie. Esto le permite a su podiatra observar si ocurrió algún corte.
Tratamiento
Su tratamiento dependerá de la gravedad de su lesión. Por ejemplo, si el daño no es muy grave, su podiatra podría elegir algún tratamiento más conservador. Reducir la inflamación y otros signos de inflamación probablemente sea lo primero que deba hacer. Esto generalmente se logra a través de medicamentos antiinflamatorios (ya sea por vía oral o inyecciones), hielo, reposo e inmovilización. Seguramente deba colocarse algún dispositivo de inmovilización, como un yeso o una bota de yeso. Estos dispositivos ayudan a los tejidos a mantenerse quietos para que puedan recuperarse y curarse más rápido. Si tiene suerte (y si se porta bien) puede utilizar muletas durante un tiempo.
La fisioterapia también puede ayudar bastante. Su podiatra puede recomendarle ejercicios para estirar los músculos de las pantorrillas y reducir la tensión en sus tendones peróneos. El hielo o el calor, o incluso la terapia de ultrasonido también pueden utilizarse. Otros dispositivos como férulas o aparatos ortopédicos (plantillas recetadas) pueden ayudar a brindar estabilidad y apoyo para su pie y tobillo.
Si los problemas de su tendón peróneo no responden al tratamiento conservador o si sus lesiones son muy graves, la mejor forma de lograr que sus tendones vuelvan a la normalidad es la cirugía. Los tendones rotos pueden coserse o, si es necesario, reemplazarse por tendones nuevos. Estos reemplazos pueden tomarse de su propio cuerpo (generalmente de su pierna), o se pueden obtener de alguien que ya no los necesite. Sí. Usted puede recibir un trasplante de tendones de una persona fallecida (más comúnmente llamado banco de cadáveres). Lo bueno de los trasplantes de tendones es que no alteran su sistema inmunológico como los trasplantes de órganos. Además, es bueno pensar que una parte de otra persona seguirá funcionando bien en su cuerpo.
Ocasionalmente, si usted es una de aquellas personas que no tienen un surco peróneo en la parte trasera de su peroné, su cirujano puede crear uno para ayudarle a evitar dislocaciones futuras en sus tendones peróneos. Ésta y otras cirugías pueden requerir mucho trabajo para mantener todo en su lugar mientras su cuerpo se cura.
La recuperación de la cirugía varía según el tipo de procedimiento que se haya hecho, pero debe tener en cuenta que seguro serán varias semanas (generalmente de cuatro a seis) de no poder ponerse de pie, sumado a otras semanas enyesado o usando una bota de yeso, y además, otras semanas de fisioterapia.
Pero no se desespere. Puede parecer un largo camino pero, en realidad, todos estos tratamientos están diseñados para lograr que sus tendones vuelvan a funcionar correctamente, y así podrá (¿qué más?) volver al ruedo.