Gota
Descripción
Ah… la gota. Esa enfermedad de los viejos militares ingleses retirados, con sus bigotes blancos como los de una morsa, un monóculo brilloso, la cara colorada y un carácter irascible, sin mencionar su decantador de brandy de cristal en la mesa. Seguramente se lo imaginan.
En realidad, la gota no necesariamente se relaciona con los ingleses, si bien tiene más probabilidades de ocurrir en hombres que en mujeres, y en los hombres mayores que en los jóvenes. De hecho, las mujeres por lo general no tienen gota a menos que estén en el período de post-menopausia o hayan tenido una histerectomía.
Bien, ¿qué es la gota? Como afecta a las articulaciones, en realidad es un tipo de artritis, que se acelera por una cantidad inusualmente alta de ácido úrico en la sangre. El ácido úrico en sí es un derivado natural de las células de nuestros alimentos que se descompone (como las carnes) y se acumula en nuestros tejidos. Se disuelve en el torrente sanguíneo y por lo general se excreta por la orina, donde va directo a las cloacas. (Por suerte las cloacas no tienen ácido úrico). Lamentablemente, muchas personas producen naturalmente más ácido úrico de lo usual, y otras tienen problemas para deshacerse del ácido úrico en la sangre. Esto genera una enfermedad conocida como hiperuricemia, que es una concentración inusualmente alta de ácido úrico en la sangre. Comer alimentos con alto contenido de purinas (como las carnes de órganos y otros alimentos) tiende a producir niveles elevados de ácido úrico en la sangre, y en muchos casos, un ataque de gota.
Cuando el ácido úrico en la sangre llega a un cierto nivel, comienza a cristalizarse en una articulación (o a veces en otros tejidos). Estos cristales con forma aguja provocan muchísimo dolor y hacen que la articulación se hinche. La gota en general se desarrolla en el dedo gordo del pie (en el lugar donde este dedo se conecta con el pie), pero también puede darse en la rodilla o el tobillo, u otras articulaciones o tejidos. El ácido úrico aparentemente se cristaliza en las partes del cuerpo que están más frescas, o que han sufrido golpes. Como la articulación del dedo gordo está tan lejos del resto del cuerpo (y por eso está más fresco) y como frecuentemente está bajo presión, aparentemente es más susceptible a la formación de cristales de ácido úrico.
Usted puede tener más tendencia a desarrollar hiperuricemia y gota (aunque no necesariamente tendrá gota por tener niveles elevados de ácido úrico) si:
■ Tiene obesidad
■ Tiene diabetes
■ Tiene hipertensión
■ Consume alcohol
■ Come muchos alimentos que contienen purinas
■ Sufre de una enfermedad renal
■ Tiene anemia falciforme
■ Sufre leucemia
■ Toma ciertos medicamentos (algunos diuréticos, aspirina, niacina)
Síntomas
Tal como se describe arriba, un ataque de gota en general es muy doloroso y a veces aparece súbitamente. Es posible que vaya a acostarse por la noche, sienta que el mundo es un lugar feliz y luego se levante por la mañana con un dolor indescriptible. La gota es así de tramposa.
El área afectada (nuevamente, en general la articulación del dedo gordo del pie) se inflama, es decir, se hincha, se enrojece, se pone caliente y provoca dolor. La piel sobre la articulación puede comenzar a lucir tensa y brillosa. Con sólo tocar un poco el área, la persona siente mucho dolor, así que es posible que ni siquiera pueda soportar tener una sábana o manta sobre su pie con gota. También es posible que tenga fiebre o escalofríos, o dolores en todo el cuerpo. De hecho, los ataques de gota a veces se confunden con una infección.
Los ataques llegan a su pico máximo en pocas horas, pero es posible que siga experimentando síntomas durante varios días, en especial si el ataque no se trata. Más del 50% de las personas que experimentan un ataque de gota, experimentarán otro. Gradualmente, el tiempo entre los ataques disminuye, y la articulación en última instancia se daña en forma permanente.
Diagnóstico
Su podiatra podrá diagnosticar su problema de gota, independientemente de si usted es inglés o no. Este profesional probablemente le pregunte sobre su familia y su historial médico (la predisposición a sufrir gota puede ser hereditaria), y es muy probable que realice un examen físico de su pie. Existen ciertos análisis que pueden determinar la cantidad de ácido úrico presente en su sangre. Sin embargo, durante un ataque de gota, el ácido úrico en su sangre puede estar a un nivel bajo, ya que todo se ha ido y se ha cristalizado en sus articulaciones. Igualmente, su podiatra puede extraer líquido de su articulación para ver si hay algún signo de cristales de ácido úrico (o una infección, que puede causar síntomas similares). Tal vez le hagan un análisis de orina para verificar sus niveles de ácido úrico, y su podiatra puede indicarle que se realice una radiografía de su articulación para descartar las posibles causas de sus síntomas.
Tratamiento
Lamentablemente, la gota no puede curarse por completo. Pero lo bueno es que sí puede controlarse, siempre y cuando esté dispuesto a esforzarse un poco. (Bueno, un poco de esfuerzo para evitar MUCHO dolor parece un buen trato, ¿no?)
Durante el ataque de gota en sí, su objetivo principal será reducir la inflamación de su articulación. Esto se puede lograr tomando medicamentos antiinflamatorios (a menudo de una concentración tal que requieren de receta médica) como ibuprofeno o inyecciones de corticosteroides. También puede sentir alivio al elevar la articulación afectada (al nivel del corazón o un poco más arriba). Evite caminar o colocar presión sobre la articulación
Una vez que haya comenzado el tratamiento, seguramente experimentará un poco de alivio dentro de las doce a 24 horas, y sus síntomas deberían resolverse en tres a diez días. Luego de que la inflamación desaparezca, podrá evitar futuros ataques haciendo algunos cambios a su dieta y tomando medicamentos que permitan que su cuerpo bloquee la formación de ácido úrico o aumente su capacidad para eliminar el ácido úrico ya presente en su sangre. Si baja de peso gradualmente también ayudará a evitar los futuros ataques (pero debe saber que si baja de peso muy rápidamente en realidad puede precipitar los ataques).
Las restricciones a la dieta generalmente implican evitar alimentos que contengan altas cantidades de purinas. (Recuerde, las purinas pueden generar niveles altos de ácido úrico en la sangre). Tal vez le indiquen que reduzca su ingesta o bien que evite por lo completo los siguientes alimentos:
■ Carnes de órganos (como hígado, mollejas, seso, riñones, corazón, etc.)
■ Salsas a base de carne, extractos de carne y caldos de carne
■ Pescado (en especial arenque, caballa, anchoas y sardinas) y vieiras
■ Ganso y carnes de caza mayor
■ Legumbres (porotos y arvejas secas)
■ Hongos, espinaca, espárragos, coliflor
■ Alimentos grasos (como alimentos fritos y postres con alto contenido de grasa)
■ Levadura de cerveza
■ Bebidas alcohólicas (cerveza, vino, licores fuertes)
Parecen muchas cosas a las que debe renunciar. Tal vez sea mejor pensar en la gota como si fuera diabetes. Hacer los cambios necesarios en su estilo de vida puede parecer difícil, pero la alternativa es sentir dolor y provocar un daño a su cuerpo. Como la diabetes, la gota se puede controlar si se siguen las instrucciones de su podiatra amigo. Y en realidad, no hay motivo por el cual pasar su vida disfrazado con su monóculo contando historias de guerra. Con un mantenimiento adecuado, no hay motivo por el cual no pueda vivir una vida totalmente libre de ataques de gota (y bueno, si quiere… puede dejarse el monóculo)
Gota
Descripción
Ah… la gota. Esa enfermedad de los viejos militares ingleses retirados, con sus bigotes blancos como los de una morsa, un monóculo brilloso, la cara colorada y un carácter irascible, sin mencionar su decantador de brandy de cristal en la mesa. Seguramente se lo imaginan.
En realidad, la gota no necesariamente se relaciona con los ingleses, si bien tiene más probabilidades de ocurrir en hombres que en mujeres, y en los hombres mayores que en los jóvenes. De hecho, las mujeres por lo general no tienen gota a menos que estén en el período de post-menopausia o hayan tenido una histerectomía.
Bien, ¿qué es la gota? Como afecta a las articulaciones, en realidad es un tipo de artritis, que se acelera por una cantidad inusualmente alta de ácido úrico en la sangre. El ácido úrico en sí es un derivado natural de las células de nuestros alimentos que se descompone (como las carnes) y se acumula en nuestros tejidos. Se disuelve en el torrente sanguíneo y por lo general se excreta por la orina, donde va directo a las cloacas. (Por suerte las cloacas no tienen ácido úrico). Lamentablemente, muchas personas producen naturalmente más ácido úrico de lo usual, y otras tienen problemas para deshacerse del ácido úrico en la sangre. Esto genera una enfermedad conocida como hiperuricemia, que es una concentración inusualmente alta de ácido úrico en la sangre. Comer alimentos con alto contenido de purinas (como las carnes de órganos y otros alimentos) tiende a producir niveles elevados de ácido úrico en la sangre, y en muchos casos, un ataque de gota.
Cuando el ácido úrico en la sangre llega a un cierto nivel, comienza a cristalizarse en una articulación (o a veces en otros tejidos). Estos cristales con forma aguja provocan muchísimo dolor y hacen que la articulación se hinche. La gota en general se desarrolla en el dedo gordo del pie (en el lugar donde este dedo se conecta con el pie), pero también puede darse en la rodilla o el tobillo, u otras articulaciones o tejidos. El ácido úrico aparentemente se cristaliza en las partes del cuerpo que están más frescas, o que han sufrido golpes. Como la articulación del dedo gordo está tan lejos del resto del cuerpo (y por eso está más fresco) y como frecuentemente está bajo presión, aparentemente es más susceptible a la formación de cristales de ácido úrico.
Usted puede tener más tendencia a desarrollar hiperuricemia y gota (aunque no necesariamente tendrá gota por tener niveles elevados de ácido úrico) si:
■ Tiene obesidad
■ Tiene diabetes
■ Tiene hipertensión
■ Consume alcohol
■ Come muchos alimentos que contienen purinas
■ Sufre de una enfermedad renal
■ Tiene anemia falciforme
■ Sufre leucemia
■ Toma ciertos medicamentos (algunos diuréticos, aspirina, niacina)
Síntomas
Tal como se describe arriba, un ataque de gota en general es muy doloroso y a veces aparece súbitamente. Es posible que vaya a acostarse por la noche, sienta que el mundo es un lugar feliz y luego se levante por la mañana con un dolor indescriptible. La gota es así de tramposa.
El área afectada (nuevamente, en general la articulación del dedo gordo del pie) se inflama, es decir, se hincha, se enrojece, se pone caliente y provoca dolor. La piel sobre la articulación puede comenzar a lucir tensa y brillosa. Con sólo tocar un poco el área, la persona siente mucho dolor, así que es posible que ni siquiera pueda soportar tener una sábana o manta sobre su pie con gota. También es posible que tenga fiebre o escalofríos, o dolores en todo el cuerpo. De hecho, los ataques de gota a veces se confunden con una infección.
Los ataques llegan a su pico máximo en pocas horas, pero es posible que siga experimentando síntomas durante varios días, en especial si el ataque no se trata. Más del 50% de las personas que experimentan un ataque de gota, experimentarán otro. Gradualmente, el tiempo entre los ataques disminuye, y la articulación en última instancia se daña en forma permanente.
Diagnóstico
Su podiatra podrá diagnosticar su problema de gota, independientemente de si usted es inglés o no. Este profesional probablemente le pregunte sobre su familia y su historial médico (la predisposición a sufrir gota puede ser hereditaria), y es muy probable que realice un examen físico de su pie. Existen ciertos análisis que pueden determinar la cantidad de ácido úrico presente en su sangre. Sin embargo, durante un ataque de gota, el ácido úrico en su sangre puede estar a un nivel bajo, ya que todo se ha ido y se ha cristalizado en sus articulaciones. Igualmente, su podiatra puede extraer líquido de su articulación para ver si hay algún signo de cristales de ácido úrico (o una infección, que puede causar síntomas similares). Tal vez le hagan un análisis de orina para verificar sus niveles de ácido úrico, y su podiatra puede indicarle que se realice una radiografía de su articulación para descartar las posibles causas de sus síntomas.
Tratamiento
Lamentablemente, la gota no puede curarse por completo. Pero lo bueno es que sí puede controlarse, siempre y cuando esté dispuesto a esforzarse un poco. (Bueno, un poco de esfuerzo para evitar MUCHO dolor parece un buen trato, ¿no?)
Durante el ataque de gota en sí, su objetivo principal será reducir la inflamación de su articulación. Esto se puede lograr tomando medicamentos antiinflamatorios (a menudo de una concentración tal que requieren de receta médica) como ibuprofeno o inyecciones de corticosteroides. También puede sentir alivio al elevar la articulación afectada (al nivel del corazón o un poco más arriba). Evite caminar o colocar presión sobre la articulación
Una vez que haya comenzado el tratamiento, seguramente experimentará un poco de alivio dentro de las doce a 24 horas, y sus síntomas deberían resolverse en tres a diez días. Luego de que la inflamación desaparezca, podrá evitar futuros ataques haciendo algunos cambios a su dieta y tomando medicamentos que permitan que su cuerpo bloquee la formación de ácido úrico o aumente su capacidad para eliminar el ácido úrico ya presente en su sangre. Si baja de peso gradualmente también ayudará a evitar los futuros ataques (pero debe saber que si baja de peso muy rápidamente en realidad puede precipitar los ataques).
Las restricciones a la dieta generalmente implican evitar alimentos que contengan altas cantidades de purinas. (Recuerde, las purinas pueden generar niveles altos de ácido úrico en la sangre). Tal vez le indiquen que reduzca su ingesta o bien que evite por lo completo los siguientes alimentos:
■ Carnes de órganos (como hígado, mollejas, seso, riñones, corazón, etc.)
■ Salsas a base de carne, extractos de carne y caldos de carne
■ Pescado (en especial arenque, caballa, anchoas y sardinas) y vieiras
■ Ganso y carnes de caza mayor
■ Legumbres (porotos y arvejas secas)
■ Hongos, espinaca, espárragos, coliflor
■ Alimentos grasos (como alimentos fritos y postres con alto contenido de grasa)
■ Levadura de cerveza
■ Bebidas alcohólicas (cerveza, vino, licores fuertes)
Parecen muchas cosas a las que debe renunciar. Tal vez sea mejor pensar en la gota como si fuera diabetes. Hacer los cambios necesarios en su estilo de vida puede parecer difícil, pero la alternativa es sentir dolor y provocar un daño a su cuerpo. Como la diabetes, la gota se puede controlar si se siguen las instrucciones de su podiatra amigo. Y en realidad, no hay motivo por el cual pasar su vida disfrazado con su monóculo contando historias de guerra. Con un mantenimiento adecuado, no hay motivo por el cual no pueda vivir una vida totalmente libre de ataques de gota (y bueno, si quiere… puede dejarse el monóculo)