Fracturas en los pies: dedos y metatarsos
Descripción
Vamos a contar una historia, ¿les parece? Gordon estaba caminando a los tumbos en su habitación una noche (con la luz apagada, por miedo a despertar a su esposa), cuando su dedo meñique del pie quedó atrapado en la esquina del aparador y se le quebró. Gordon gimió del dolor, gritó como un fanático del fútbol luego de una gran victoria y despertó a su mujer.
¿Quieren escuchar otra historia? Helen decidió correr un maratón. Se dijo a sí misma: “corro varias millas por día, ¿cuánto más difícil puede ser correr 20 en vez de 5? El primer día que comenzó a entrenar, se esforzó para correr diez millas y casi ni pudo llegar a su casa. El segundo día, hizo doce y casi colapsa por el cansancio. Luego de una semana de mucho esfuerzo, salió a correr de vuelta, sólo que ahora se dio cuenta de que luego de correr tan sólo una milla, su pie le dolía tanto que ni siquiera podía volver caminando a su casa. Llamó a su vecino para que la ayudara y la llevara a casa. Descansar con su pie en alto parecía ser de mucha ayuda, por lo cual trató de volver a correr al día siguiente, solo para quedarse dura luego de sentir el mismo dolor.
¿Otra más? Cuando Paula estaba cargando su caja número 23 en su camioneta, deseó haber llamado a sus hermanos para que la ayudaran a mudarse a su nueva habitación en el campus. Desafortunadamente, estaba sola cuando levantó una caja repleta de libros, dio algunos pasos y no pudo sostener más la caja, que cayó directamente sobre su dedo gordo del pie.
Estas historias pueden ser un poco feas, pero nos ayudan a ilustrar las distintas formas en las que usted puede quebrarse los dedos del pie o los metatarsos. Básicamente, las quebraduras de estos huesos (que, por cierto, componen más de la mitad de los huesos de su pie) pueden suceder de varias formas. Puede tener una fractura traumática luego de un evento en particular como cuando se cae una caja de libros sobre su pie o cuando se atrapa el dedo en un mueble, o bien una fractura por fatiga, que es cuando se desarrollan pequeñas fracturas en sus huesos con el correr del tiempo.. A veces, las fracturas por fatiga son el resultado de un cambio en su rutina de ejercicios (como la historia de Helen) o se pueden desarrollar durante largos períodos de tiempo, a menudo a causa de ciertas anomalías estructurales en el pie, en caso de un trastorno como la osteoporosis o cuando se usa el calzado inapropiado (y no estamos hablando de “inapropiado” porque no cubre bien todo su pie, sino porque el calzado no brinda el soporte adecuado para su pie o provoca una tensión adicional en el mismo).
Los huesos pueden quebrarse de distintas formas. Usted puede tener una fractura expuesta o cerrada (en una fractura expuesta el hueso se quiebra y atraviesa la piel, en una fractura cerrada el hueso se ha quebrado pero la piel permanece intacta). Los huesos también pueden desplazarse (moverse de su posición correcta) o quedarse en el lugar. Incluso puede tener una fractura con avulsión cuando algo (como un tendón doblado) quita de su lugar una parte importante del hueso.
Algunas personas piensan que los médicos no pueden hacer nada con respecto a las quebraduras en los dedos del pie, pero en realidad, hay tratamientos disponibles. Y en algunos casos se necesita cirugía. Si no concurre al podiatra cuando tiene una lesión en su pie, puede generar complicaciones más graves, como deformidades, artritis, dolor crónico y la imposibilidad de que su hueso se cure. Así que, no ignore a sus dedos lesionados: visite al podiatra y haga su consulta lo antes posible.
Síntomas
La quebradura traumática de un hueso puede resultarle bastante obvia. Cuando ocurre la quebradura, algunas personas escuchan o sienten que algo se rompió. Los huesos rotos además pueden provocar mucho dolor, aunque éste tiende a concentrarse en el lugar de la quebradura. Este dolor puede desaparecer luego de algunas horas o bien disminuir. También puede notar hinchazón en el área lesionada, moretones y ver que su pie o su dedo tienen una apariencia anormal.
Las fracturas por fatiga son un poco menos obvias. Son dolorosas, pero este dolor generalmente disminuye cuando la persona descansa y vuelve a aparecer cuando coloca peso sobre su pie o reinicia su actividad. El área alrededor de la fractura puede hincharse, aunque tal vez no vea moretones pero probablemente tenga un dolor concentrado en el lugar de la fractura.
Diagnóstico
Su podiatra ha escuchado una gran cantidad de historias sobre huesos rotos, pero seguramente querrá escuchar la suya. Ya sea que se haya quebrado repentinamente, como en el caso de Paula o Gordon, o con el correr de los días (como en el caso de Helen) o meses, su podiatra necesitará saber todo. Bríndele información sobre la ubicación de su dolor, hace cuánto que lo siente y otros síntomas que haya notado (como hinchazón o moretones). Además, infórmele a su podiatra si hay algo que le ayuda a calmar el dolor o si hay algo que lo empeora.
Para conocer bien su historia, su podiatra probablemente querrá mirar su pie, tanto por dentro como por fuera. Las radiografías a menudo son útiles en el caso de las quebraduras traumáticas, aunque las fracturas por fatiga por lo general no se muestran hasta que ya han comenzado a sanar (generalmente luego de dos o tres semanas). Su podiatra podrá determinar si tiene una fractura por tensión simplemente basándose en su examen y en sus antecedentes médicos, aunque tal vez le pida que se haga una gammagrafía ósea para estar seguro.
Tratamiento
Las fracturas por fatiga de los metatarsos a menudo se tratan con mucho cuidado, indicando reposo al paciente e inmovilizando el hueso. Debe evitar realizar la actividad que provocó la fractura originalmente (por ejemplo, en el caso de Helen, debería tomarse un descanso de las maratones). Su podiatra tal vez le indique que use un calzado de suela rígida o un yeso para permitir que sus huesos sanen. Además, tal vez necesite usar muletas o una silla de ruedas durante un tiempo para evitar agregar mayor tensión a su hueso que está sanando.
Las fracturas de sus dedos del pie se pueden tratar a través de diversos métodos. Es muy probable que el reposo ayude (en otras palabras, evite estar parado siempre que pueda), y los calzados de suela rígida pueden proteger a los huesos quebrados y alinearlos. Su podiatra tal vez le coloque una tablilla en su dedo quebrado o puede pegar con cinta el dedo quebrado a un dedo sano, con un poco de gasa en medio para absorber la humedad (necesitará cambiar la gasa y volver a encintar los dedos de tanto en tanto).
A veces es necesario realizar una cirugía, particularmente si la fractura está en un lugar que no sana bien, está muy desplazada (se ha movido de su lugar adecuado) o no responde adecuadamente a tratamientos más conservadores. Su cirujano puede usar clavos, tornillos y placas para mantener los huesos en su lugar mientras sanan.
Hay muchas historias sobre huesos quebrados, y si bien es horrible cuando suceden, hay que admitir que son anécdotas divertidas (cuando uno las cuenta tiempo después del acontecimiento, por supuesto). Pero en realidad, la persona que decide si su historia tiene un final feliz o no, es usted. Asegúrese de seguir las instrucciones de su podiatra para obtener el mejor resultado luego de su lesión.