Fractura De Pie
Descripción
Los seres humanos suelen encontrar cierto placer en la destrucción, aunque la tendencia sea buena o mala. Derrumbar una torre alta de bloques, aplastar una cucaracha que corretea, observar cómo una bola de demolición derriba un edificio de oficinas abandonado, todo esto nos hace sentir una pequeña alegría. Pero los objetos rotos no siempre provocan alegría. En realidad, algunos pueden causar tanta angustia como placer. Los platos rotos, los corazones rotos, las uñas rotas, todo esto genera algún grado de angustia, algunas cosas más que otras y los huesos rotos probablemente se encuentren en el medio de la escala.
Los huesos realmente hacen mucho por nosotros. Nos ayudan a luchar contra la gravedad (ya que le brindan estructura y apoyo a nuestros cuerpos), proveen un apoyo para nuestros músculos y nos ofrecen algo de qué asustarnos cuando las personas cuelgan esqueletos de los árboles a fines de octubre. Así que no es de extrañar que romperse un hueso sea algo muy doloroso y extremadamente perjudicial para el funcionamiento del pie.
Los huesos rotos (también conocidos como fracturas y quebraduras) generalmente son causados por un traumatismo (una lesión repentina como una caída o un accidente automovilístico) o por ejercer presión sobre el hueso durante un período largo de tiempo. Existen distintos tipos de fracturas. Entre ellas se incluyen las fracturas expuestas (donde el hueso fracturado atraviesa la piel) y las facturas cerradas (la piel sobre el hueso permanece intacta). La fractura del hueso puede ser transversal (la fractura a través del hueso como una rama partida), oblicua (fractura en ángulo con el hueso), espiral (fractura causada por una torsión) y fracturas por estrés (pequeñas fisuras en el hueso). Las fracturas por estrés quizás no sean tan comunes (o tan temidas) como las fracturas causadas por un traumatismo, pero pueden provocar problemas, principalmente en pacientes con diabetes. La osteoporosis, el sobrepeso, el uso excesivo del pie, la mala horma de zapatos y ciertos trastornos óseos pueden provocar que la persona sea más propensa a sufrir este tipo de fracturas.
Aunque cualquiera de los 26 huesos del pie puede fracturarse, algunas áreas suelen lastimarse más que otras. Estas son:
- Dedos – Tropezarse a la noche con la esquina de su biblioteca puede destrozar los huesos de los dedos de los pies (así que encienda la luz o use una linterna si necesita ir al baño en la mitad de la noche). No suponga que los médicos no pueden hacer nada por sus dedos. Algunas fracturas de los dedos requieren cirugía para volver a unir todas las piezas, o quizás su médico necesite pegar los dedos para que sanen de manera adecuada, así que asegúrese de que lo vea su podiatra.
- Metatarsos – Los metatarsos son los huesos largos y delgados que conectan los dedos con el resto del pie. Las fracturas pueden ocurrir en cualquier punto de todo el hueso (cabeza, cuello, diáfisis y base) y puede ocurrir en cualquiera de los cinco. (Cada metatarso corresponde y está enumerado con el dedo al que se conecta. Así, el primer metatarso se conecta con el dedo gordo y el quinto metatarso se conecta con el dedo más pequeño. Probablemente puede darse cuenta qué metatarso corresponde con qué dedo). Los metatarsos también son particularmente propensos a sufrir fracturas cuando se fuerzan demasiado.
- Tobillos – el tobillo, en realidad, cuenta con varios huesos diferentes: la tibia (la canilla), el peroné (el hueso más delgado de la pierna que se encuentra junto a la tibia, el extremo de este hueso forma la parte externa del tobillo) y el talus (el hueso del pie). Cualquiera de estos huesos puede fracturarse (o todos ellos en alguna circunstancia en particular), aunque la mayoría de las fracturas suelen ocurrir en el peroné o la tibia.
- Talón – el hueso del talón (también conocido como el hueso calcáneo), generalmente se fractura cuando se tensiona demasiado, por ejemplo en un accidente automovilístico o al caer desde una altura considerable. Las fracturas en esta zona pueden ser devastadoras y, con frecuencia, requieren cirugía.
Síntomas
Algunas fracturas (particularmente en los tobillos) pueden confundirse con esguinces u otro tipo de lesiones. Así que cuando experimente algún síntoma de una fractura, es importante que visite a un podiatra y controle su pie para determinar qué ocurre realmente. Los síntomas más comunes de las fracturas incluyen lo siguiente (por cierto, puede experimentar sólo algunos de los síntomas, ya que no todas las fracturas producen los mismos síntomas).
- Dolor (puede ser repentino en el caso de una fractura causada por un traumatismo, o si es una fractura por estrés, probablemente el dolor aparecerá con la actividad y durante los períodos de descanso desaparecerá).
- Sensibilidad al tacto
- Inflamación
- Hematomas
- Enrojecimiento
- Calor
- Incapacidad de apoyar el pie (las fracturas por estrés pueden no tener este síntoma)
- Deformidad (la forma del pie cambia visiblemente)
Un error común es que si puede mover el hueso, no está fracturado. Esto no es verdad, principalmente en las fracturas de peroné, las fracturas astilladas, las fracturas por estrés y los dedos fracturados. Un médico debe controlar su lesión. Es mejor controlarse y no tener un hueso roto, que no controlarse, tener una fractura y no tratarla.
Diagnóstico
A pesar de haber volcado sus bloques de madera cuando era un niño, su podiatra no se deleita con los huesos rotos. Sin embargo, es un experto en diagnosticarlos y repararlos. Cuando vaya a visitar a su podiatra para consultarle sobre su lesión, éste le preguntará acerca de los síntomas que experimentó, puede realizar un examen físico de su pie y (a menos que tenga súper poderes y pueda ver a través de la piel) utilizará algún tipo de tecnología de diagnóstico por imágenes sobre su pie para averiguar que ocurre con sus huesos. Las radiografías quizás sean las más utilizadas para el diagnóstico de fracturas, aunque su podiatra también puede sugerir una tomografía axial computada (TAC) o una resonancia magnética.
Tratamiento
Tratar un hueso roto puede ser delicado, simplemente porque cada fractura es diferente. Según el tipo de fractura y el hueso que esté roto, los tratamientos pueden ser conservadores o puede necesitar cirugía. Independientemente de si el tratamiento es conservador o no, para curar un hueso fracturado es fundamental inmovilizarlo, de modo de poder soldar bien nuevamente. La diferencia es que los tratamientos conservadores inmovilizan la zona desde afuera, mientras que la cirugía inmoviliza los huesos desde el interior.
Su podiatra puede lograr la inmovilización externa con una tablilla, una bota desmontable o un yeso. También sentirá alivio aplicando el método RICE (reposo, hielo, compresión y elevación). Además, sin importar lo que haya escuchado, no es bueno colocar el área del hueso fracturado en agua caliente. Hacer esto aumenta el flujo de sangre, lo que también aumentará la inflamación y el dolor.
Sin embargo, si los huesos no son estables o la fractura es lo suficientemente grave (y hay pequeños pedazos de hueso involucrados), su podiatra puede sugerir una cirugía para corregir la fractura y así evitar artritis en el futuro. En la cirugía se pueden utilizar clavos, tornillos y placas para asegurar los huesos en el lugar que corresponde.
En general, curarse de una fractura puede tardar desde varias semanas a varios meses, aunque el tiempo necesario para curarse puede variar mucho según el tipo de fractura y su salud en general. (Por ejemplo, los diabéticos pueden tardar más tiempo que otros pacientes). A veces, existe la posibilidad de que los huesos no se suelden (no vuelvan a unirse) o se suelden incorrectamente (unión incorrecta). En dichas circunstancias, su podiatra puede recomendar otros tratamientos que pueden incluir la cirugía.
No siempre se pueden corregir las cosas rotas (como un florero muy costoso, por ejemplo). Pero lo lindo del cuerpo es que con un poco de ayuda, generalmente hace un excelente trabajo uniendo todo. Así que, con el tiempo y el cuidado suficientes, sus huesos rotos pueden volver a estar bien y enteros otra vez.