Descripción
Los niños no la tienen nada fácil. Usted puede creer que no tienen por qué preocuparse, ya que no trabajan, juegan todo el día, viven en un mundo maravilloso e idílico; pero la vida de los niños generalmente es tan complicada y estresante como la de los adultos, sólo que de distinta manera.
Piense en la adolescencia, por ejemplo. La preparatoria y la escuela secundaria fueron muy dolorosas, a menos que (o quizás, incluso cuando) usted haya sido uno de esos pocos que gozan de una gran popularidad entre sus pares. Recuerde lo problemático que le resultó lidiar con la pubertad (posiblemente la etapa más confusa e irritante de toda la vida), los caprichos de las maestras de la escuela, las hormonas enloquecidas, el acné, etc. Además, y como si todo eso no fuese suficiente, sus huesos estaban tratando de crecer para encajar en el cuerpo de adulto para el cual usted todavía no estaba preparado.
Al nacer, una gran parte de nuestra estructura ósea está formada por cartílagos, no por huesos. A medida que uno crece, los huesos se calcifican y se transforman en esa estructura rígida y mineralizada que todos conocemos tan bien. (Y probablemente sea la razón por la cual las madres alimentan con mucha leche a los niños cuando están creciendo). El hueso del talón (calcáneo) no es una excepción. En este hueso, la calcificación comienza en dos puntos diferentes, uno cerca del centro del hueso y uno en la parte trasera del hueso. En el lugar donde estas zonas del desarrollo óseo se unen, existe una franja delgada de cartílago conocida como la placa de crecimiento o fisis. Esta placa le permite al hueso calcáneo seguir creciendo hasta los 16 años, cuando las dos zonas de desarrollo óseo finalmente se unen.
Algunas veces, los niños de 8 a 14 años, principalmente los niños que esfuerzan demasiado el hueso del talón (generalmente en deportes como el básquetbol, el fútbol o el atletismo), sufren una inflamación de la placa de crecimiento que provoca un fuerte dolor en el talón. Usar calzado con tapones, tener los músculos de las pantorrillas tensos o ser obeso, también puede conducir a este problema, o bien agravarlo. Si le gustan los términos médicos La inflamación de esta placa de crecimiento se conoce como apofisitis del calcáneo, y también como enfermedad de Sever.
Síntomas
El dolor en el talón por la apofisitis del calcáneo, generalmente se desarrolla rápidamente y puede ocurrir en uno o en ambos pies (cuando ocurre en tres pies, probablemente tenga más problemas que sólo la inflamación de la placa de crecimiento). Este dolor puede aparecer en la parte trasera del talón, hacia un costado o en la parte inferior, y si se presionan los costados del talón probablemente sienta dolor. Su niño puede cojear, caminar sobre la punta de los pies o quizás haya tenido problemas al participar en actividades deportivas. El hecho de descansar el pie afectado (o los pies) brinda alivio, pero el dolor reaparecerá cuando el niño retome sus actividades.
Diagnóstico
Como usted es un padre excelente, llevará a su hijo al podiatra apenas comience a tener síntomas de dolor de pie. Una vez allí, el podiatra, probablemente les pregunte a usted y a su hijo acerca de las actividades que el niño ha estado realizando. Quizás deba entregarle un historial médico. El podiatra revisará las piernas y los pies de su hijo, y es probable que utilice una radiografía u otra tecnología de diagnóstico por imágenes para ver qué ocurre con esos huesos en crecimiento.
Tratamiento
Tratar la inflamación de la placa de crecimiento del calcáneo generalmente sólo reduce la inflamación y también intenta disminuir la presión sobre esa zona. Primero, su hijo tendrá que tomar un descanso de todas las actividades que puedan estar forzando la placa de crecimiento. (Quizás deba olvidarse del sueño de su pequeño Beckham de 10 años durante un tiempo, hasta que su hijo se recupere). Tomar medicamentos antiinflamatorios, como el ibuprofeno, puede ayudar, como también aplicar hielo sobre el talón (20 minutos sobre la parte afectada con una toalla delgada, retírela durante 40 minutos). Su podiatra también puede recomendarle que inmovilice el pie de su niño colocándole un yeso (de 2 a 6 semanas aproximadamente), pero esto generalmente se reserva para los casos más graves.
Su podiatra también puede sugerir que utilice aparatos ortopédicos, como plantillas recetadas que pueden proteger la forma del pie de su hijo. Los ejercicios de estiramiento también pueden ser beneficiosos; sirven para reducir la presión sobre el músculo de la pantorrilla y el tendón de Aquiles, y así reducir el tirón en la parte trasera del talón y la tensión en la placa de crecimiento.
Incluso después del tratamiento, el dolor de talón de su hijo puede no estar curado completamente o regresar porque el hueso sigue creciendo. (La niñez es realmente complicada, ¿no?). Afortunadamente, cuando el hueso ya está totalmente unido (a los 16 años), el problema desaparece y no vuelve nunca más. En algunos casos, los niños simplemente necesitan reducir la cantidad de actividad hasta que los huesos estén desarrollados completamente. La buena noticia es que, al igual que lo que sucede con muchos dolores asociados con el crecimiento, este problema en particular no provoca más complicaciones cuando el niño se convierte en adulto.