Deformidad De Haglund
Descripción
¿Alguna vez vio un rinoceronte? Con una fotografía basta, aunque ver uno en persona es, por supuesto, una experiencia mucho más visceral. De todos modos, tiene la imagen del rinoceronte en mente, ¿verdad? Ojos redondos y brillantes, piel como cuero y, lo más importante, ese cuerno enorme justo al final de su nariz. Bien.
Ahora, imagine que este rinoceronte se ha metido dentro de su pie (bien, se necesita bastante imaginación, pero haga la prueba. Tal vez le ayude imaginarse a un rinoceronte muy pero muy pequeño). Su trasero redondo está cerca de sus dedos en dirección a la parte trasera de su pie, su cuerno ejerce presión sobre su talón, justo donde el tendón de Aquiles se junta con el calcáneo (el hueso de su talón). Ahora imagine cómo se sentiría si el cuerno del rinoceronte ejerciera presión desde dentro de su talón cada vez que se calzara un par de zapatos con una suela dura, ¿no es muy agradable, no?
Bien, en verdad el calcáneo no es como un rinoceronte. Le falta el carácter irritable por cierto. Pero puede tener un hueso más grande sobre él (que puede tener o no la forma del cuerno de un rinoceronte) que puede provocar irritación e incluso un dolor importante en su talón. Esta protuberancia ósea se denomina Deformidad de Haglund. A decir verdad, puede extenderse a través de todo el dorso del talón o simplemente ubicarse en una porción del mismo, generalmente en la parte externa del talón.
Ahora bien, hablemos brevemente sobre la anatomía del dorso de su pie. Está el hueso de su talón (el calcáneo), el tendón de Aquiles (que se conecta con el dorso de su talón) y un saco de tejido pequeño y lleno de líquido llamado bursa o bolsa sinovial, que se aloja entre el hueso y el tendón y permite que el tendón se mueva perfectamente. Si tiene una protuberancia ósea en el hueso de su talón (recuerde el cuerno del rinoceronte) probablemente desarrolle una bursitis (inflamación de la bursa) y otro tipo de irritación en sus tejidos cuando use zapatos con talón rígido que presionan el dorso de su talón. Estos crueles zapatos incluyen los tacones de las mujeres, los zapatos de vestir de los hombres y (tristemente) los patines de hielo.
Tiene mayores probabilidades de desarrollar este trastorno si camina con la parte externa de su pie, tiene arcos inusualmente altos, un tendón de Aquiles estrecho, o si tiene un pequeño rinoceronte viviendo dentro de su talón.
Síntomas
El síntoma más común en la deformidad de Haglund es el dolor en el dorso del talón, generalmente justo alrededor del lugar en el cual el tendón de Aquiles se inserta en el hueso del talón. Este dolor a menudo está acompañado por una protuberancia notable en el talón, hinchazón y enrojecimiento. Puede desarrollar un callo en la parte trasera de su talón, ya que la piel y otros tejidos tienden a endurecerse para protegerse de la irritación.
Diagnóstico
Muchos podiatras pueden diagnosticar la deformidad de Haglund a través de un buen examen físico del pie, aunque probablemente le pidan una historia de sus síntomas (y otro historial médico). Es posible que su podiatra le pida que se haga radiografías de su talón también, para ver la forma de su calcáneo (y para detectar cualquier rinoceronte que ande por ahí).
Tratamiento
Debido a que esta condición empeora en gran medida al usar zapatos con talón rígido, su podiatra quizás le recomiende que cambie de calzado. Los zuecos u otros zapatos sin talón o con talón blando probablemente alivien la irritación.
Además, su médico puede recomendarle algunos métodos para reducir la inflamación en su talón. Estos pueden incluir medicamentos (a menudo, antiinflamatorios como el ibuprofeno), hielo (durante 20 minutos sobre una toalla fina y 40 minutos de descanso) y, a veces, inmovilización con un yeso. Algunos dispositivos ortopédicos (plantillas recetadas) también pueden brindarle alivio. Para muchos pacientes, las cuñas, las almohadillas para talón y los soportes de arco son útiles. La fisioterapia (como tratamientos con ultrasonido, masajes suaves y calor húmedo) y los ejercicios para estirar el tendón de Aquiles también pueden ayudar.
Si estas opciones no mejoran adecuadamente su condición, la cirugía puede ser una buena alternativa. Algunas cirugías eliminan la protuberancia ósea del hueso del talón, mientras que otras retiran una parte del hueso calcáneo para reducir la presión en el dorso de su talón.
Así que, como ve, ya sea que su problema se deba a los pequeños rinocerontes que viven en su talón o a que el calcáneo se cree un rinoceronte, puede, con un tratamiento adecuado, disfrutar de una vida sin dolor.