Dedos torcidos (dedos en martillo)

Descripción

La combinación de dedos y martillos generalmente no es agradable. Así que, como podrá imaginarse, la condición llamada “dedos en martillo” realmente no es un estado ideal para los dedos de sus pies (aunque, realmente es difícil decir si el nombre se debe a que los dedos del pie parecen martillos o simplemente porque lucen como si los hubieran martillado). Cuando usted tiene un dedo en martillo, las articulaciones de uno o más dedos se doblan en forma permanente o semi-permanente, provocando que la articulación del medio del pie sobresalga, como si su dedo hubiera decidido tomar la forma de una carpa (o de una pirámide si le gusta la historia antigua). Los dedos en martillo a menudo comienzan siendo flexibles, por lo cual puede doblar la articulación, pero ésta tiende a volver a la posición torcida cuando suelta el dedo. No obstante, con el correr del tiempo, se vuelven inflexibles. A medida que la condición empeora, las articulaciones se traban, y no se supone que éstas sean rígidas.

Los dedos en martillo pueden tener diversas causas, pero generalmente se deben a los desequilibrios musculares. Los tendones que empujan al pie hacia adentro pueden ser más fuertes que aquellos que lo vuelven recto, por lo cual el dedo queda abultado en el medio. Los dedos en martillo (o la tendencia a desarrollarlos) puede ser algo heredado de sus padres (o abuelos, o primos lejanos), aunque también pueden provocarse o exacerbarse por usar zapatos que aprietan demasiado los pies en un lugar pequeño (los sospechosos de siempre son los zapatos con poco lugar para el dedo meñique y/o los tacones altos). También pueden desarrollarse a causa de una lesión, como una fractura en el dedo o artritis.

Síntomas

Algunas personas no experimentan síntomas de incomodidad hasta que su condición está un poco más avanzada. No obstante, el primer signo de que algo anda mal es el hecho de que el dedo se dobla visiblemente hacia arriba, en la articulación del medio, lo que hace que el dedo luzca como un martillo o una garra. Esto puede estar seguido de dolor o incluso de callos sobre esa articulación en punta (provocados por el roce de su calzado contra el dedo afectado), además de callosidades en la bola del pie (se forman porque la base del dedo ahora empuja hacia abajo en forma anormal y genera más presión sobre la bola del pie).

A medida que las cosas empeoran, la articulación comienza a endurecerse y a provocar dolor, y también se inflama (se pone roja, hinchada y tibia al tacto). En última instancia, no podrá mover bien la articulación, o no podrá moverla en absoluto.

Diagnóstico

Es recomendable consultar a su podiatra cuando sus dedos comiencen a tomar la forma de un martillo o una garra, especialmente si le resulta doloroso caminar debido a esta condición. Su podiatra probablemente elabore un diagnóstico tras examinar su pie visualmente, y también puede examinar su articulación para ver si tiene flexibilidad o siente dolor. Tal vez le sugiera que se haga una radiografía para ver mejor qué sucede dentro de su pie.

Tratamiento

Las opciones de tratamiento son varias y dependen en gran medida de qué tan avanzada esté su condición. Por ejemplo, cuando la articulación aún tiene bastante flexibilidad, es posible tratar la condición sin cirugía. Para hacerlo, es muy probable que su podiatra le recete una ortesis (plantillas para sus zapatos diseñados especialmente para usted) que le ayudará a corregir el desequilibrio en sus pies que provocan los dedos en martillo. Además, le permitirá sentirse más cómodo mientras corrige sus pies. Su podiatra también puede encintarle los pies para enderezarlos y darles más apoyo. Ejercitar sus pantorrillas y los músculos de sus pies también le brindará más fuerza y estabilidad a sus pies.

Además, puede tomar ciertas medidas para aliviar algunos síntomas dolorosos que provocan los dedos en martillo. Puede probar usar almohadillas para reducir la presión en las puntas de sus pies: las almohadillas para dedos en martillo o callos son de venta libre. Le recomendamos evitar las que contienen medicamentos, ya que el ácido de estos puede ser dañino, particularmente para quienes tienen problemas de circulación. Si la articulación de su dedo se inflama y se hincha, puede aplicarse hielo (colóqueselo 20 minutos y descanse otros 40. Recuerde usar siempre una toalla entre el hielo y su piel) o tomar medicamentos antiinflamatorios (ibuprofeno por ejemplo; también puede hablar con su podiatra para que le de una inyección de cortisona) para reducir la inflamación. Además (esto puede parecer obvio, pero muchos ignoran este método), tal vez deba evitar los zapatos que ajustan demasiado los pies y los tacones altos. Trate de que sus dedos tengan mucho espacio en la puntera (aproximadamente media pulgada luego del final de cada dedo) y evite los tacones altos que tengan más de dos pulgadas (y menos si es posible), ya que tienden a comprimir sus dedos en la puntera.

Si todo esto no ayuda, o si sus dedos han llegado a tal punto que se niegan a doblarse por completo (pueden ser un poco tercos), tal vez deba considerar la posibilidad de una cirugía. Su podiatra conoce varias opciones y puede decirle cuáles son las más adecuadas para sus necesidades particulares. Para los dedos en martillo más flexibles, tal vez sólo necesite ablandar el tendón que está rígido. Para esto generalmente se necesita realizar una pequeña incisión, y el tiempo de recuperación es relativamente rápido (aunque puede prolongarse si se practica cirugía en más dedos). Tal vez para su cirujano sea mejor retirar una pequeña parte de hueso de la articulación, con el fin de enderezarla. Además, el médico puede ablandar el tendón. En casos en los que la condición está muy avanzada, tal vez sea necesario unir la articulación (es decir, insertar clavos en la articulación para mantenerla en su lugar mientras sana), retirar partes de piel o insertar o reequilibrar los tendones afectados.

Los tiempos de recuperación pueden variar dependiendo del método utilizado; sin embargo, si todo sale bien, podrá tener dedos bonitos y no unos que parezcan salidos de una grasosa caja de herramientas.