Arcos caídos
Descripción
¿Alguna vez vio colapsar un puente? Uno de esos puentes antiguos con arcos de piedra y esculturas elegantes a los costados. A medida que la estructura comienza a fallar, todo el puente empieza a derrumbarse, parte por parte. De acuerdo, su cuerpo no comenzará a derrumbarse cuando los arcos de sus pies empiecen a colapsar, pero puede sufrir algunos síntomas dolorosos.
Básicamente, los arcos caídos hacen referencia a un aplanamiento de los pies que ocurre durante la adultez. Aunque existen otras causas, el aplanamiento generalmente ocurre cuando el tendón (tendón tibial posterior) y los ligamentos que sostienen el arco en su lugar, se estiran gradualmente. A medida que crecemos, el uso acumulativo de estos tendones y de los ligamentos aumenta y estos pierden su capacidad de mantener la forma del arco y pueden comenzar a romperse. Este estiramiento o desgarramiento puede ser el resultado de una lesión, de la obesidad o de una predisposición genética al pie plano.
Los arcos caídos no deberían (si es posible) confundirse con los pies que son normalmente planos. La altura de los arcos varía mucho de persona a persona. Si tiene un pie bastante plano pero su arco aparece cuando se para en puntas de pie (pie plano flexible) y si no experimenta ningún tipo de dolor en el pie, no tendrá problemas. Sin embargo, si sus pies no forman un arco cuando se para en puntas de pie, si perdió el arco que solía tener o si experimenta algún síntoma de dolor, debería consultar a un podiatra.
Síntomas
Los arcos caídos pueden inducir dolor en el talón, la parte interna del arco, el tobillo e incluso puede extenderse hasta el cuerpo en la pierna (espinillas), rodilla, lumbares y cadera. También puede experimentar inflamación (hinchazón, enrojecimiento, calor y dolor) en la parte interna del tobillo (en la parte posterior del tendón tibial posterior). Además, puede notar algunos cambios en la anatomía de su pie. Su pie puede comenzar a inclinarse hacia adentro (pronación), provocando que la parte inferior de su talón se incline hacia afuera. Otros síntomas secundarios pueden surgir a medida que la condición avanza, como los dedos martillo o los juanetes.
También puede controlar su pisada al salir de la ducha (ayuda si finge estar en una novela de misterio y está dejando pistas con sus huellas que ayudarán a resolver el caso). Normalmente, puede ver una huella clara (la bola y los dedos del pie) el talón y el extremo exterior del pie. Debería haber un hueco (es decir, ninguna huella) en la parte interior donde se encuentran los arcos. Si su pie es plano, probablemente dejará una sola huella de toda la planta del pie (sin huecos). Sus zapatos también pueden verse afectados: como el tobillo se inclina un poco con esta condición, la parte del talón en sus zapatos se puede gastar de un lado más que del otro.
Diagnóstico
Si usted nota que sus pies son planos, pero no siente dolor, entonces probablemente no tendrá problemas si no visita al podiatra (a menos que pierda la sensibilidad de su pie). En cambio, podría programar una visita a la peluquería o ir al cine. Sin embargo, apenas comiencen a aparecer los síntomas dolorosos, será mejor que evite la experiencia capilar (o cinemática), y vaya al podiatra.
Su podiatra basará su diagnóstico en la revisación del pie, le preguntará acerca de los síntomas que ha estado sufriendo y controlará su fuerza muscular. Puede pedirle que se pare en puntas de pie (en la pose de una bailarina, si prefiere, aunque no es necesario) o caminar por la sala donde lo revisen; además, tendrá que mostrarle sus zapatos al podiatra. Él puede comentar acerca del estilo de sus zapatos pero es más probable que controle dónde están más gastados, lo que puede indicar arcos caídos. Su podiatra puede recomendar una radiografía, una tomografía computada o una resonancia magnética para ver el interior de su pie, aunque el mejor diagnóstico generalmente surge de la revisación en persona del médico.
Tratamiento
El tratamiento de los pies planos depende del avance de los daños. Los tratamientos conservadores, generalmente, incluyen la inmovilización (a través de un yeso o férula) para reducir la inflamación. Su médico también puede recomendar medicamentos antiinflamatorios (como el ibuprofeno) para calmar el tendón inflamado. Los aparatos ortopédicos también brindan alivio.
Si estos tratamientos no mejoran los síntomas, entonces la mejor opción para usted es la cirugía y recuperar la estructura de su cuerpo. Su podiatra puede comentarle las opciones quirúrgicas detalladamente.